Lo que tu flujo menstrual te dice sobre tu salud: señales que no debes ignorar

Lo que tu flujo menstrual te dice

El ciclo menstrual no solo marca una etapa del mes. Es una herramienta poderosa de diagnóstico que, cuando sabemos interpretarla, nos da pistas sobre nuestra salud hormonal, metabólica, emocional y reproductiva. El color, la cantidad, la textura e incluso el olor del flujo menstrual pueden ser señales de que algo en tu cuerpo necesita atención.

¿Te has preguntado si tu flujo es “normal”?

Este artículo te ayudará a entender tu ciclo como un espejo de tu salud y conocer cuándo es momento de consultar a tu ginecólogo.

¿Qué es el flujo menstrual?

Es la mezcla de sangre, tejido endometrial y moco cervical que tu cuerpo expulsa cuando no hay embarazo. Este proceso natural ocurre, en promedio, cada 28 días, y su duración suele oscilar entre 3 y 7 días. Sin embargo, no todas las menstruaciones son iguales. Por lo tanto, lo que sí puedes aprender es a conocer tu patrón normal y detectar variaciones inusuales.

Colores del flujo y su significado

🟥 1. Rojo brillante

Es sangre fresca, común al inicio del periodo. Normal si no viene acompañada de dolor excesivo o coágulos grandes.

🟤 2. Rojo oscuro o marrón. Suele aparecer al final del ciclo, es sangre “vieja” que se oxida antes de salir. También puede aparecer en el manchado previo a la menstruación.

⚠️ Si aparece fuera del ciclo o con mal olor, puede indicar una infección o desequilibrio hormonal.

🟡 3. Rosado. Puede ser una mezcla de sangre y fluido cervical. Ocurre en ovulación o por bajos niveles de estrógeno. También puede aparecer en deportistas o mujeres con bajo peso.

⚫ 4. Negro. Sangre muy oxidada, retenida más tiempo en el útero. Si es persistente o con mal olor, es motivo de evaluación médica.

🟠 5. Anaranjado. Puede indicar presencia de infección si va acompañado de picor, ardor u olor fuerte. Podría ser mezcla de sangre con flujo vaginal alterado.

 

Cantidad: ¿Sangrado leve, moderado o abundante?

✅ Lo normal:

Cambiar en promedio de 3 a 5 toallas o tampones al día. No empapar completamente una toalla en menos de 2 horas.

Señales de alerta:

Sangrados que duran más de 7 días. Necesitas doble protección o te despiertas para cambiarte por la noche.

  • Pasas coágulos grandes (más de una moneda de 25 ctvs).
  • Te sientes débil, mareada o con palpitaciones.

Estos pueden ser síntomas de: Miomas o pólipos, trastornos hormonales (hipotiroidismo, ovario poliquístico), anemia, endometriosis, entre otras…

Textura: ¿A qué debes prestar atención?

  • Flujo espeso o con coágulos pequeños es normal en los días intensos.
  • Gelatinoso, con moco transparente, sin olor, puede indicar ovulación si es claro y sin sangre.
  • Grumoso o con mal olor puede ser signo de infección o desequilibrio vaginal.

Olor: el gran olvidado

Un flujo menstrual saludable puede tener un olor metálico suave debido al hierro de la sangre, pero nunca debe oler a podrido, pescado o químico. Si percibes un olor fuerte y desagradable puede ser una infección bacteriana, fúngica o una señal de cuerpo extraño (como un tampón olvidado). Lo que amerita una consulta con el ginecólogo

 

¿Qué condiciones ginecológicas pueden alterar tu flujo?

  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP)
  • Endometriosis
  • Fibromas uterinos
  • Hipotiroidismo o hipertiroidismo
  • Trastornos de coagulación
  • Menopausia precoz
  • Cáncer ginecológico (en casos raros, pero importantes de descartar)
  • Alteraciones hormonales
  • Iperplasea endometrial, entre otros

Cuando acudir al ginecólogo. 

  • Cambios bruscos en tu flujo.
  • Sangrado entre periodos o después de relaciones sexuales.
  • Flujo con olor desagradable o color inusual persistente.
  • Dolores pélvicos intensos o que no se alivian con analgésicos.
  • Periodos muy irregulares o ausentes (amenorrea).

Conocer tu flujo es conocer tu salud

Tu cuerpo habla, y el flujo menstrual es una de sus voces más claras. Aprender a observarlo y comprenderlo no es solo empoderador, es preventivo. Lo que hoy detectas como “extraño”, mañana puede evitarte una complicación mayor. Tu menstruación no es solo una fase: es una guía interna hacia tu bienestar.

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